1667 - Londres, Inglaterra; una época de malestar, engaño, traición y valores medidos por intereses propios. Blade Bradley fue una víctima de su época.
Blade y su mejor amigo, Bayard, son detenidos por los hombres del rey Carlos II. El cargo es traición, la pena, muerte.
Darnell Preston, duque de Radcliff, aparece tan misteriosamente como los cargos. El duque, confidente del rey, habla en nombre de Blade y Bayard. Pero, como descubren los acusados, su intervención tiene que pagar un precio muy poco ortodoxo.
Blade conoce al duque de toda su vida. Darnell visitaba con frecuencia a Blade en el orfanato donde creció. Se había asegurado de que recibiera una buena tutoría y luego lo ayudó a obtener una carta de marca. Durante todos esos años, el duque nunca había mencionado a una hija. Ahora, la venganza que buscaba por salvar a Blade y Bayard de la horca era el matrimonio de Blade con la chica hasta entonces desconocida.
Chandra Preston, la hija del duque, fue tan víctima de la época como Blade. Prefería los libros a los bailes, la sencillez del campo a la decadencia del palacio y la compañía de una anciana sabia que le hablaba de las estrellas del cielo. Su distante desapego y su cautivadora belleza la convirtieron en una de las damas más buscadas de la corte, pero había desdeñado a todos los pretendientes. Sólo sentía repulsión ante la idea de estar con alguno de ellos. Eso fue hasta la noche de su baile de cumpleaños cuando vio a Blade por primera vez.