Esta fascinante historia de un centro de la NFL con grandes ingresos y su familia que abandonaron todo para seguir el llamado de Dios de aliviar el hambre como agricultores (una vida de la que no sabían absolutamente nada) ilustra el sacrificio y la recompensa final de la obediencia a nuestro Padre celestial, incluso cuando no tiene sentido terrenal.
“Una historia notable donde la familia, la profunda autorreflexión y una creencia inquebrantable en un camino predestinado por Dios triunfan sobre la fortuna y la comodidad”.—John Harbaugh, entrenador en jefe de los Baltimore Ravens
El liniero de la NFL Jason Brown tenía todo en el mundo. Era el pívot mejor pagado del juego. Vivía en el lujo. Millones de personas lo vieron y admiraron cada semana. Luego, en 2012, Jason escuchó un llamado de Dios que lo cambió todo.
Jason dejó atrás una carrera futbolística increíblemente exitosa que le reportó millones y se dedicó a una vida de la que no sabía nada: la agricultura. Fue sólo el comienzo de su viaje. Debido a una mala gestión de terceros y una racha de mala suerte, Jason perdió la mayor parte del dinero que había ahorrado en sus días en la NFL, el mismo dinero que había planeado usar para comenzar su nueva carrera y donar productos frescos a niños hambrientos. Sólo un milagro podría salvar el nuevo sueño de Jason.
Y eso es exactamente lo que pasó.
Centrado es una inspiradora historia de la riqueza a la pobreza y a la verdadera riqueza de un hombre dispuesto a arriesgarlo todo por el bien de su familia. Por el bien de amar a los demás. Con el fin de buscar primero los sueños de Dios y recordarnos a cada uno de nosotros que hagamos lo mismo.
Jason Brown creció en Henderson, Carolina del Norte. Luego asistió a la Universidad de Carolina del Norte, donde jugó como guardia y tackle antes de pasar al centro. Nunca se perdió un juego. Fue seleccionado en la cuarta ronda por los Baltimore Ravens en 2005. Brown se convirtió en agente libre en 2009 y fue contratado por los St. Louis Rams por 37,5 millones de dólares, lo que lo convirtió en el centro mejor pagado de la liga. Volvió a ser agente libre tres años después, pero en lugar de firmar un nuevo contrato, Brown dejó la NFL y compró una granja de mil acres en Louisburg, Carolina del Norte. Brown se dedica a la agricultura a tiempo completo desde 2013 y regala casi todo lo que cultiva (principalmente batatas). Él y su esposa, Tay, están casados desde 2003 y tienen ocho hijos.